La soberbia mató al amor

Claves para entender por qué el Pueblo del Chaco le dio la espalda a su gran transformador

Por Matías Ferrari

  1. El factor Resistencia

Resistencia, la capital provincial, fue el talón de aquiles del gobernador desde el inicio del proceso. El intendente Gustavo Martínez rompió con Jorge Capitanich pese a que las negociaciones entre ambos fueron intensas y se extendieron incluso durante la campaña. Pero no hubo acuerdo y el intendente compitió con su propia lista, la Corriente De Expresión Renovada, que obtuvo alrededor del 5 por ciento de los votos, una merma clave para Capitanich. Dirigentes cercanos al gobernador ya advertían en la previa que Martínez “está jugando abiertamente para Zdero” con el objetivo de disputar a partir de 2024 la conducción del PJ, con “Coqui” en el llano. La disputa entre ambos se expresó durante la propia jornada electoral: el oficialismo denunció al intendente ante el Tribunal Electoral por el “robo sistemático de boletas del Frente Chaqueño en múltiples escuelas de la capital”.

  1. La división del peronismo

Capitanich sufrió además otros dos desprendimientos. El del ex gobernador entre 2015 y 2019, Domingo Peppo, el único con el que pudo llegar a un acuerdo y quien terminó por declinar su candidatura en favor del oficialismo. Y también el del ex vicegobernador Juan Carlos Bacilef Ivanoff, quien drenó otro crucial dos por ciento con su Frente Integrador.

  1. El cara a cara insuficiente

El gobernador intentó revertir el resultado de las PASO con un cambio de estrategia basado en el contacto cara a cara con los vecinos, pero tampoco alcanzó. “Fuimos literalmente casa por casa, con Coqui al frente”, comentaban en el comando de campaña del oficialismo. Esos contactos resultaban positivos, pero no se tradujeron en votos.

  1. El corte de boleta

El corte de boleta, además, fue determinante. El sobre con tándem “Intendente-peronista/ Zdero gobernador” rebalsó cualquier cálculo del comando de campaña y produjo estupor a medida que ingresaban los telegramas, sobre todo del interior.

  1. Las esquirlas políticas del femicidio de Cecilia Strzyzowski

Con el resultado puesto, por las calles de Resistencia hubo varias caravanas de coches que festejaban con bocinazos el triungo de Zdero, y que agitaban por las ventanillas cintas rosas, que representan el reclamo de justicia por el femicidio de Cecilia. Si bien la investigación judicial avanzó con celeridad –tanto el dirigente social Emerenciano Sena como su esposa Marcela Acuña y su hijo, César Sena, además de otras cuatro personas acusadas de encubrimiento permanecen detenidas a la espera del juicio oral– el tema no salió de la campaña. “Fuerza Chaco, hoy no me dejen sola” pidió la mamá de Cecilia, Gloria Romero, en la mañana misma de la elección.

Por Mauricio Cantando

A Capitanich no le alcanzó la campaña de cercanía, con 170 reuniones junto a vecinos y vecinas, que hasta este sábado le permitió confiar en la posibilidad de revertir el resultado de las primarias del 18 de junio, cuando había quedado por debajo de la sumatoria de votos de Juntos por el Cambio. En esta oportunidad, sumó cuatro puntos (41,72%), menos de lo que esperaba, pero no evitó que Zdero superara el 45% y ganase en primera vuelta.

En un eventual ballotage, Capitanich confiaba en arrebatarle los votos a los dos peronistas que lo enfrentaron y terminaron siendo sus principales verdugos: el intendente de Resistencia, Gustavo Martínez; y el exvicegobernador Juan Bacileff Ivanoff, quienes cosecharon 5% y 2% de los sufragios respectivamente. Aunque la cifra fue menor que en las primarias, sus votos fueron decisivos.

 

En las primarias también había competido el exgobernador Domingo Peppo, quien aceptó bajar su lista para los comicios de este domingo. “Es insólito: a nivel nacional hace años que el PJ se une y en Chaco se parte”, se lamentó un peronista chaqueño, quien vio cómo Capitanich reconocía la derrota desde la sede del Partido Justicialista local, donde sólo había periodistas.

Las presiones del gobernador para que Martínez e Bacileff Ivanoff desistieran de sus candidaturas no dieron resultado, como tampoco el reto que en julio pasado le propinó a los intendentes peronistas por el abultado corte de boleta que hubo en las primarias y que, en algunos distritos, alcanzó los 14 puntos. Este domingo, según los cómputos iniciales que llegaban al bunker del PJ, los alcaldes habían vuelto a superar con creces la cosecha de votos de Capitanich en sus distritos.

El desgaste de 16 años como principal referente político de la provincia (entre 2015 y 2019 fue intendente de Resistencia) también pesó en un electorado chaqueño que no es ajeno a los síntomas de época: baja participación en las urnas y preferencia por figuras que representan un cambio de época, como Zdero, quien ganó con discurso de cambio y mística radical tradicional. En su bunker, la militancia cantó la marcha radical de punta a punta.

El aumento de la concurrencia a votar respecto a junio fue otra de las claves de la derrota peronista, pese a que Capitanich, en uno de esos análisis cargados de lógica que lo caracterizan, le había dicho a su tropa que no debían preocuparse si aumentaba la afluencia a las urnas porque entendía que entre los nuevos votantes podían estar aquellos que los intendentes no habían sabido atraer el 18 de junio.

Nada de eso pasó y, como en las primarias, en los centros urbanos volvieron a darle la espalda al peronismo. De hecho, en el Gran Resistencia (que incluye capital y otros cuatro distritos) la concurrencia creció más que la media nacional, pero benefició a la UCR que festejó haber ganado en distritos chicos tras dos décadas de derrotas. Esas victorias, aseguraban, fueron las que le permitieron a Zdero evitar el ballotage.

El gobernador tampoco se benefició con la ola nacional del candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei, quien desconoció al aspirante que compitió con su frente electoral, Alfredo Capi Rodríguez. El libertario obtuvo poco más de 3% y el PJ imaginaba que podía escalar a 8% y restarle a Zdero.

El femicidio de Cecilia Marlene Strzyzowski, esta vez, no fue excusa para Capitanich, quien en junio se había perjudicado porque entre las siete personas detenidas estaba el dirigente piquetero Emerenciano Sena, candidato en una lista colectora oficialista. El hecho era reciente, pero en estos meses hizo los deberes: recibió a la mama de la víctima, Gloria Romero, y constituyó a la provincia como querellante en la causa.

Ninguna de sus estrategias alcanzó. El rechazo a su figura en los centros urbanos no se redujo a ese episodio, que Zdero trató de capitalizar prometiendo en la campaña que, con él como gobernador, se terminarían los piquetes. Capitanich le garantizó a su sucesor “una transición ordenada como corresponde a las instituciones democráticas”. Minutos después, el radical le devolvió el gesto y prometió “dejar lo que está bien, cambiar lo que está mal y hacer lo que no se hizo”. Chaco empieza una nueva etapa. Dejó de ser peronista.

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